A través de los siglos.
En junio de 1883, es nombrada directora interina de esta Institución, la señora Isabel Tapia de Fernández, hasta tanto rindiera el examen que regía el Reglamento General de Escuelas.
En 1889 la Escuela Municipal pasa a la órbita del Consejo de Educación de la Provincia, y al año siguiente, cambia de nombre y se la denomina por un corto período de tiempo, Escuela N°17. Dos años después se transforma en Escuela Elemental N° 6. Ese mismo año, a instancias de la señora de Fernández se crean los talleres de “corte, costura y planchado” como un anexo a la escuela, que funcionaba, por aquellos tiempos, en calle Güemes 547 (numeración antigua), entre Santiago y Alvear. Ya era considerada como una escuela taller.
En 1895, el Superior Gobierno separó los talleres de la Escuela Elemental, dándole la categoría de “Escuela Especial de Corte y Costura” que, en 1902, pasó a llamarse “Escuela Industrial de Señoritas”.
Por entonces, comenzaba aintegrarse un grupo de personas comprometidas con la formación de mujeres quese insertarían en el mercado laboral o aprovecharían lo aprendido para mejorar su vida personal y la economía de sus hogares. Entre ellas, la secretaria Telma Sejas.
La gran aceptación entre las alumnas hizo necesaria la ampliación del espacio y un plantel docente más numeroso. Para dar respuesta a estos requerimientos, la Institución se instala en calle Catamarca 958 (numeración antigua). Ya funcionan, además de los antiguos talleres, el de bordado en oro y seda, bordado en blanco, lencería, flores, corsetería y cartonería.
El trabajo del Instituto tiene un gran impacto en la sociedad y es ampliamente difundido por los medios de comunicación en múltiples notas de prensa que elogian la labor del cuerpo docente y, en especial, la de su directora.
En 1903 se agregan talleres de sombrerería y pintura, el grupo de maestras está conformado por 11 integrantes y el de alumnas, por 250.
Los avatares políticos y económicos hicieron que la escuela, a lo largo de su historia, se
mudara permanentemente. En 1912, funcionaba en calle Mitre 932, luego se instala en dos locales, uno en calle Corrientes, entre Rioja y San Luis y el otro, en Entre Ríos 826. En 1916, se estableció en Buenos Aires 1556.
Bajo la dirección de la señora Aurora Martinez de Robirosa, la escuela recibe la orden de preparar una serie de exponentes de las enseñanzas realizadas, para una exposición en la ciudad de Milán, para lo cual se preparan y se envían tres alumnas.
Gracias a la filantropía del doctor Yolando Fonso, que trabaja desinteresadamente, se pone en marcha un consultorio dental costeado por las alumnas, en el año 1933.La actividad solidaria de las alumnas también se extiende a la comunidad, en los talleres se confeccionan ropas para el Asilo de Mendigos y el Hospicio de Huérfanos.
En 1940 ya son 43 los talleres que trabajan en tres turnos y el plantel de maestras es de 55 integrantes. La Institución funciona ahora en una lujosa casa en calle Córdoba 1545/47, y cuenta con unas 1.700 alumnas, entre ellas bachilleres, profesoras y profesionales de diversas áreas, algo que muestra el prestigio que la escuela había alcanzado, más allá del sector específico de las obreras y amas de casa. Se suman nuevas asignaturas como “organización de talleres para obreras” e “historia de la moda”.
La transformación y crecimiento de la ciudad, sus relaciones culturales, comerciales e industriales, que van modificando la vida y costumbres de sus ciudadanos, ofrecen una fuerte influencia en los diversos aspectos que va tomando la institución, siempre atenta y con ganas de integrarse de la mejor manera a la ciudad que la cobija. La mujer de la ciudad va adquiriendo más protagonismo, y necesita nuevas herramientas para su inserción en la sociedad que cambia vertiginosamente, brindando a la vez, propuestas para el desarrollo personal y profesional tanto de jóvenes como de personas ya instaladas en el campo laboral con ganas de adquirir nuevos conocimientos.
Ahí está la escuela, que, al igual que otras en los barrios, tiene su óptica puesta en el desarrollo de nuevas herramientas técnicas para la mujer, tanto la que se desarrolla en el campo obrero, como aquella que trabaja dentro de su propio hogar. En 1980, la institución sufre el que será su último traslado, a calle salta 1329-31, a un inmueble donado por la empresa Siryi, del Gerbo, Azanza S.A. al Ministerio de educación de la provincia. Para entonces solo mantiene algunos de los talleres que le dio prestigio como mecánica dental, Peinados y afines, y estética corporal. Para entonces la institución ya se llamaba Escuela Educación Técnica N° 628, Servando Bayo. La Escuela de Peinados y Afines que funcionaba en Entre Ríos 673, se fusiona con nuestra institución, y funciona como un anexo hasta 1982, en que se traslada al mismo edificio de la escuela.
Varios fueron los factores que intervinieron en el decaimiento de la institución. Por un lado, estuvieron los cambios tecnológicos, que modificaron las relaciones laborales con respecto a los oficios tradicionales, provocaron que menos personas se volcaran a las especialidades de la escuela. Por su parte, el traslado desde una zona privilegiada del centro, a un lugar que por entonces se consideraba retirado, hizo disminuir la cantidad de alumnos. Las políticas de importación de productos también hicieron lo suyo, ya que varios talleres se dedicaban a la confección de prendas y juguetes, que ahora eran importados en grandes cantidades y a bajo s precios.
Con todo, la escuela siguió adelante, y en 1981 se implementa el ciclo superior. Sin embargo la matrícula sigue descendiendo y seis años después, en la escuela que supo albergar a 2200 alumnos, había solo una división por curso.
Durante los años previos y posteriores al cambio de siglo, las luchas contra el desalojo del edificio vecino a la escuela, el cual se había integrado a la misma en 1994, fortaleció los lazos identitarios de los docentes y alumnos, quienes se comprometían día a día, a preservar ese espacio como parte de la institución. El tema solo se resolvió en 2006, cuando la provincia expropió el inmueble, que quedó definitivamente incorporado a la escuela.
Luego vendrían otras modalidades, otros talleres que pretenden darle vigencia a los estudios que aquí se realizan, y que ofrecen a los jóvenes una formación y unas herramientas más adaptadas al mundo que les tocará vivir.
Aquella escuela, de tantos nombres como deseos, que supo transitar tres siglos, hoy nos sigue acompañando.
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Biografía Isabel Tapia de Fernández